Cuenta mi madre la historia
de que yo a la edad de cinco años
lloraba porque quería que me comprasen un cochecito, de estos metálicos que
vendían antiguamente en los quioscos. Una frase muy repetida por mi madre, que
cuenta a mis amigos y familiares cuando sale el tema de mi profesión es: “él
estaba con un cochecito en la mano recién comprado y llorando porque quería
otro, y luego a los cochecitos que tenia le quitaba las puertas y los
desmontaba; a él ya se le notaba que le gustaría arreglar coches de mayor.”
Mi madre acertó en su predicción,
pues a la edad de 33 años, me sigo dedicando a reparar automóviles y desde que
empecé con 15 años, a toquetear motillos
y a pintarlas con spray en el callejón
de un barrio de mi ciudad natal, Camas, en Sevilla supe que la profesión que me
llenaba era ser mecánico.
No obstante, mi Padre estaba en
desacuerdo con que yo fuese mecánico, el quería lo que casi todos los Padres
quieren para sus hijos; que estudiase una carrera y en vista de que yo era muy
malo para los estudios, pero si tenia bastantes habilidades en tareas manuales,
me convenció para que me matriculase en FP. de electrónica que era la que se
podía estudiar en mi pueblo y por aquel entonces la oferta formativa y los
medios de transporte no eran los que hay hoy día.
No obstante termine mis estudios
de electrónica y obtuve el Titulo de Técnico Auxiliar y al año siguiente me
matriculé en una academia privada en la cual estudié mecánica de autos y motos
durante dos años, obteniendo muy buenas notas. Añoro mucho este período y sobre
todo las largas tardes lluviosas, compartiendo con mi abuelo, extensas charlas
sobre mecánica; claro el tenía mucha experiencia pues había sido taxita y sabía
casi más mecánica que los mecánicos.
Mi afán de conocimiento y de
obtener la máxima titulación académica
oficial en automoción me empujo durante cuatro años a estudiar un Grado Medio
de carrocería y un Grado Superior de mantenimiento de vehículos autopropulsados
aunque posteriormente y por las circunstancias laborales mi especialidad fue la preparación y pintado de coches.
He tenido la suerte de tener buenos maestros
durante mi carrera profesional y el apoyo de amigos y familiares. Mi padre una
vez me dijo dos cosas que mi madurez ha conseguido que lleve a la práctica en
la actualidad. La primera es: “conviértete en una esponja” y la
segunda y pienso que muy célebre y conocida por todos es: “el saber no ocupa lugar”,
pues bien llevando estas dos frases a la práctica, en la actualidad intento absorber
todo el conocimiento que puedo. Me estoy preparando para ser profesor técnico de FP, para estar al día y sobre todo para
informaros y ayudaros con el día a día de vuestro coche.
“Me lo dices y lo olvido, me lo enseñas y lo recuerdo, me dejas que lo
haga y lo aprendo.”
Confucio
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